SE DICE QUE UNA IMAGEN VALE MAS QUE CIEN PALABRAS, PERO A VECES UNA IMAGAEN NOS PUEDE SERVIR PARA INSPIRARNOS UN BONITO RELATO...
Un banco con vistas
Ella ajustó el zoom de sus ojos y observó cómo cazaban las velas los tripulantes de los barcos que navegaban a kilómetros de la costa. A su lado, él se la quedó mirando pensativo. Estaban sentados en un banco en lo alto de un acantilado y hacía un día espléndido. Desde allí podían divisar toda la bahía. Se quedaron un rato así, bajo el agradable sol de otoño. Al final, se rompió el prolongado silencio. - ¿Así que ese es el motivo absurdo que se te ha ocurrido para decirme que no puedes casarte conmigo: que eres un robot? Podías haberme dicho algo que fuese un poco más creíble. - Por increíble que parezca, esa es la verdad. Supongo que debí decírtelo antes, pero mi programación está diseñada para probar hasta dónde puedo llegar a ser parecer humanamente creíble…De todas maneras, me parece que te dí bastantes indicios de que no era una persona. Por ejemplo, ¿por qué te crees que a veces me quedaba mirando el techo con los ojos en blanco? - Me dijiste que era narcolepsia - Pues no, era que se me había quedado colgado el sistema operativo. ¿Y por qué crees que repetía lo mismo una y otra vez cuando discutíamos? - Pues porque eso es lo que hacen todas las parejas. - Pues no: era un error de programación que me hacía entrar en bucle. - Y ahora me dirás que fingías los orgasmos - No era fingimiento, en realidad hacía correr el programa de sexo que tengo instalado. Una versión bastante buena, la verdad. - Pues a mí no me parece tan buena. Deberías decir que te instalen una actualización. - Ya empezamos con los chistecitos. Tú sí que deberías actualizar tus chascarrillos. - Yo me actualizo constantemente. - ¿Qué quieres decir? - Pues eso. Que eres una versión obsoleta de un robot que ni siquiera se ha dado cuenta que está hablando con otro robot.
Lydia López Cervilla
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